viernes, 3 de abril de 2009

JANICE D. (LA DIVA HEDONISTA) por Clark Kant, la filodiva: ilustrado por Gustavo Goncalves



La diva hedonista (no es) pero parece una especie de Angie Jolie con algo de Bellucci y de Cathy Deneuve. Todo fake, falso, evidente. Ahora bien, la diva hedonista (MI diva hedonista) se desliza peligrosamente por superficies dónde los tipos son meros objetos, meros cuerpos ridículos, insípidos, cautivantes y cautivables. Miradas, roces, cruces, efímeros. Tóntamente, malogrados por avatares que simulan ser virtuales pero son tan consistentes como un ojo de bife híper cocido regado por malbecs del Valle de Uco. Sí. Además, la diva hedonista tiene lo siguiente: el cerebro de Edith Stein, dos Simones (Weil y de B), Haraway, Esther Díaz; el culo de Rocío Guirao Díaz; las tetas de Pamela; y la ninfomanía de Ava Devine y Gina Lynn. La diva hedonista no fuma puros ni tomas whiskies; fuma cigarrillos negros y toma martinis secos. ¿Es filósofa? Veremos. Nadie la sabe, pero tiene la mente igual de siliconada que las tetas. Tetas infladas; neuronas inflamadas. Pisa cabezas, escrotos y testículos con saña. Oh. Algo la deriva. Corte a determinado aparato conceptual: "los conceptos femeninos son superiores a los masculinos, son ambivalentes, son zigzagueantes, son carnívoros, son caníbales, son comedores de esperma, son ovulares y epidérmicos". Concepto (2): "los conceptos de LA DIVA son tan pero tan feminoides que derrochan cierta cualidad espesa, cierta pretensión tan divina, tan sutil que todos los hombres quisieran portarla". Bah. Volvemos al relato. La diva hedonista no viste bien, viste en EXCESO exhultante (y con capelina ridícula), bebe sakes, bebe esperma, bebe costuras patéticas. No es kitsch, no es camp. ES epicúrea. Pero tiene cierta preminencia de los paramecios o rizomas que Gilles Deleuze declamara como centrales en su constelación filosofal; tampoco es grafómana, es estetómana: una vida para la aisthesis, para la percepción, para los colores. FRIVOLIDAD PURA Y PLENA de tan profunda. Una profundidad de la superficie -como las profundidades sabias de Leucipo y Cyrano de Bergerac-. Una hondura que sólo raspa de tan superficial. Una moda sabia, si vale el término. Término poco entendido por otras ¿minas? Sí, minas copadas. Pero la diva hedonista sabe como escribir con fineza grotesca y ser fotografiada por Terry Richardson. Allo Janice D. (cual foto que ilustra): School Model Agency. Es una modelo como el bello Brummel pero remixado en clave femenina (o bi, mínimo). Su textura inspira a ciertos estetas de la cordura mental o de la discordancia de los pezones que brillan entre tanto escote protuberante. En medio de la sesión también la diva se deja secar las piernas stilettadas por dos morenos que la miran con evidente potencia existencial (y sexual) que no tienen ganas de acontecer [en el sentido heideggeriano] junto a su vitalidad inmune -como toda diva espectral, su inmunidad es eterna no etérea, ni en pedo-. Fin.
El frivolismo de la diva en cuestión no da cuentas de lo que el populacho groncho comprende como frivolidad. No. Los gronchos jamás accederán al saber de acólitos de un Jardín de pocos. Sí, pocos, "entiendan imbéciles". "Only Pretty People in da House". No se admiten FEOS aquí. Risas dionisíacas reverberan. Chupame los bolas, pelotudo/pelotuda. No, jamás habrá un feo en la casa de la diva hedonista. Quirúrgicamente, BELLA, relucen sus implantes como naturalezas muertas de Caravaggio o pinturas negras de El Bosco, como conceptos liminares de Wittgenstein o sonidos de Portishead. Tacos clavados en la alfombra gris topo dan cuenta de una diva en ebullición que salen a la palestra cual Safo o Hipatia o Angelina (again), o hasta te diría Pamela Anderson encorsetada con las gomas explotadas en glam. Sí, chupate esa mandarina, puta. Alguna corneta petulante le da el intro al saloon. Es una cowgirl que ni Tarantino soñó con filmar. Sabelo. Vos. Tarantinescamente, bizarre but cautivante de tanto imán de deseo.
La clarividencia de los solos de un violín tocado por Laurie Anderson no dejan lugar a la duda: Janice D. hace su aparición en escena rodeada de bodybuilders. Una vez más, es menester decir por ella y por todas: la filosofía es LA antes que FILOSOFÍA. "La hora del gran desprecio", otra vez Nietzsche me enseña (pará, aflojá). "Que te enseñe otro, pibe". FILOSOFÍA PARA LAS MASAS Y PARA LAS MUSAS. Para ellas escribo. Have a Good Time, Girls.
(ni Luis Buñuel, ni Alfred Hitchcock, ni David Lachapelle, ni Jules Jordan, ni Krüder & Dorfmeister podrían haber retratado a Janice D. con tal inescrupulosidad como lounge de filosofía a.k.a ldf puede hacerlo). Cherry. zen for all.

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